Han pasado 28 años desde que iniciamos este proyecto de vida y desde que nos establecimos en esta tierra, Castilla y León, con la compra en 1991 de nuestra primera fábrica de galletas en Venta de Baños (Palencia), nuestro origen y camino en esta región.

Durante este tiempo, hemos pasado de tener 80 colaboradores a construir una gran familia de más de 5.000 personas, quienes han conseguido que seamos referentes de la industria alimentaria en España y que, en poco tiempo, han conseguido que pasemos de facturar 8 millones de euros a más de 600 y que nos permiten seguir apostando por nuestro sueño de internacionalización.

Desde nuestros inicios, hemos intentando permear a nuestros colaboradores un modelo de negocio sostenible y que crea valor compartido, en un entorno de trabajo familiar y cercano. Hemos puesto el corazón en convertirnos en una empresa que las personas, las de dentro y las de fuera, quieran que exista.

Nuestro mayor reto siempre ha sido mantener y continuar generando empleo de calidad en zonas rurales y, especialmente, en Castilla y León, la tierra que vio nacer nuestra Compañía, y que nos ha acogido y apoyado desde entonces.

Aquí está la casa de 2.500 trabajadores que ponen lo mejor de sí directamente, desde Aguilar de Campoo (Palencia) y Briviesca (Burgos), pasando por Venta de Baños (Palencia), hasta Medina del Campo (Valladolid), Toro (Zamora) y El Espinar (Segovia); y de más de 300 agricultores que se han sumado a nuestro proyecto con ilusión, para desarrollar y fabricar los mejores productos derivados del cereal que Castilla y León sea capaz de producir.

Siempre hemos querido que nuestro desarrollo empresarial suponga bienestar y crecimiento para Castilla y León, la tierra donde tuvieron lugar nuestros comienzos, algo que nunca se olvida.  Una región llena de tradición e historia, con un gran Patrimonio, naturaleza, diversidad, gastronomía, agricultura… llena de buena gente, austera y, sobre todo, luchadores. Aquí hemos depositado nuestro corazón y nuestro futuro.

A nivel personal, tanto para Juan Manuel como para mí, el mayor de nuestros orgullos durante nuestra trayectoria es la integración de personas en riesgo de exclusión social. En 1998 inauguramos en Venta de Baños nuestro primer centro especial de empleo de personas con capacidades diferentes y, recuerdo bien que, para cubrir 25 plazas, recibimos el currículum de 1.200 candidatos. Y este hecho acentuó nuestro compromiso con los más desfavorecidos, convirtiéndose desde entonces en nuestra bandera de Compañía y un pilar fundamental de nuestro Compromiso Social Sostenible.

En la actualidad, el 16% de nuestra plantilla en España pertenece a colectivos en riesgo de exclusión social, casi 600 colaboradores de los más de 5.000 que formamos Cerealto Siro Foods. Nuestro reto es seguir trabajando en esta línea porque son personas en las que creemos, porque no sólo lo hacen bien, sino que además nos enseñan que no hay límites y se comprometen como el que más, y solo con su pensar y actuar son capaces de darnos lecciones de superación a diario.

Para que este compromiso y nuestro proyecto trascienda, creamos en 2007 la Fundación Grupo Siro, la cual será por deseo de Juan Manuel y mío, la siguiente propietaria de la Compañía. También tiene su sede en Castilla y León, en el Monasterio de San Pelayo de Cerrato, en Cevico Navero (Palencia).  Levantamos piedras que datan del año 600 a. c. en tan solo 12 años con la ayuda de la comunidad de la zona, con el objetivo de crear un símbolo de nuestra idea de pervivencia por más de 500 años.

Hoy día, la sede de la Fundación es el escenario donde formamos a nuestros líderes o donde reconocemos a los estudiantes excelentes hijos de nuestros colaboradores. Además del lugar desde donde impulsamos proyectos sociales, culturales, medioambientales o de investigación, que nos permiten generar un impacto mayor en el entorno en el que estamos presentes.

Estamos empeñados en cultivar un futuro sostenible en el que seguir mejorando y creciendo, y somos conscientes que esto depende de las personas. Por ello, tanto Juan Manuel como yo, nos seguiremos esforzando cada día por contagiar a nuestros colaboradores que tenemos entre manos un proyecto de empresa motivador e ilusionante.

Todavía queda mucho por recorrer, y así seguiremos, apelando a nuestra responsabilidad moral como empresarios y promoviendo iniciativas en base a nuestro compromiso social, porque es lo que nos define y lo que nos hará progresar hacia un futuro sostenible e integrador. Y lo vamos a hacer desde el esfuerzo y la responsabilidad. Nuestro reto es estar aquí dentro de 500 años, porque la Sociedad quiera que sigamos estando.

Lucía Urbán López. Vicepresidenta de Cerealto Siro Foods y Fundación Grupo Siro

Fuente: El Norte de Castilla

Accesibilidad